El código genético revela la verdadera historia
Los científicos chinos que completaron la secuencia del genoma de la nueva bacteria E. Coli, anunciaron hace un par de días que descubrieron genes en la bacteria resistentes a ocho tipos de antibióticos.
Los investigadores del Instituto Genómico de Beijing, el mayor centro de secuencia de ADN del mundo, ha hallado genes en la recién identificada E.coli 0104, que le hacen resistente a las principales clases de antibióticos, como la sulfonamida, cefalotina, penicilina y estreptomicina. El descubrimiento no sólo ayuda a explicar las dificultades a las que se han enfrentado los doctores europeos en su lucha contra esta bacteria, que ha dejado un saldo de 18 muertos y unos 2.000 enfermos, sino que también favorece la selección de medicación adecuada para su tratamiento.
Los científicos chinos, que obtuvieron muestras de ADN de las bacterias de sus homólogos colaboradores en Alemania y completaron la secuencia del genoma en tres días, anunciaron que la E. Coli es un nuevo tipo de bacteria infecciosa y tóxica, y que no está relacionada con anteriores brotes. No obstante, se asemeja en un 93 por ciento a la cepa EAEC 55989 de la República de África Central, que causa diarrea grave.
Asimismo, esta bacteria O104 posee la habilidad de producir enzimas especiales que le dan “superpoderes”, algo conocído técnicamente como betalactamasa de espectro extendido (BLEE).
La introducción de armas biológicas en nuestros alimentos
Entonces, ¿cómo es que una bacteria se vuelve resistente a tantas combinaciones de antibióticos, tiene un par de mutaciones genéticas mortales y, como frutilla del postre, capacidades de enzima BLEE?
La evidencia apunta a que la mortífera bacteria E.coli fue desarrollada artificialmente y luego introducida en el suministro de alimento, o bien se escapó de alguna manera del laboratorio y fue a parar a donde ya sabemos. Si Ud. no está de acuerdo con esta conclusión, entonces se ve forzado a aceptar que esta superbacteria “octobiótica” (inmune a ocho clases diferentes de antibióticos) se generó por sí misma… y esa conclusión es aún más espeluznante que la de bioingeniería, porque significa que superbacterias octobióticas pueden aparecer de la nada y en cualquier lado sin causa aparente. Una teoría bastante exótica.
La explicación que es más fiel a los hechos y por ende tiene más sentido, es que E.coli fue concebida y liberada en el suministro de alimento con un propósito específico. Pero, ¿cuál es ese propósito?
Todo se trata de: problema, reacción y solución. Primero causan el PROBLEMA (una superbacteria en la comida). Luego esperan por la REACCIÓN (protesta popular y terror en la población). En respuesta a eso, se introduce la SOLUCIÓN deseada (un control total sobre el suministro de alimentos y la prohibición de semillas, vegetales y leche en estado natural).
En Estados Unidos hace poco se lidió con el mismo asunto, impulsando el “Acta de Seguridad y Modernización de Alimentos”, la cual en esencia prohibió las pequeñas cosechas orgánicas en granjas familiares a menos que éstas le lamieran las botas a los reguladores de la FDA. Cuando la gente está asustada, en este caso con bacterias mortales en la comida que consumen, no es algo difícil hacerla aceptar casi cualquier regulación tiránica. Todo lo que se necesita son unas cuántas líneas de texto enviadas a los principales medios de comunicación.
Primero la medicina natural, ahora el suministro de alimentos
La mayoría recordará que hace poco tiempo la Unión Europea atacó a discreción a las hierbas medicinales y suplementos nutricionales —una prohibición en contra de terapias totalmente naturales que mantienen a la gente saludable y libre de enfermedades. Ahora que esas hierbas y suplementos naturales están prohibidos, el próximo paso parece ser los alimentos frescos. Quizás por los beneficios que una buena dieta vegetariana conlleva.
El objetivo parece dilucidarse por sí mismo, inculcar el TEMOR a los vegetales frescos y si se puede prohibirlos. Una vez dado ese paso se puede forzar a una población entera a seguir una dieta de alimentos procesados y totalmente controlados que producen gradualmente enfermedades degenerativas e incrementan las ganancias de las poderosas industrias farmacéuticas.
Ahora, ¿por qué la mira fue puesta sobre España? Pues bien, remitiéndonos a cables diplomáticos que recientemente fueron filtrados al público, nos encontramos con que España se negó a la introducción de los alimentos transgénicos (GMOs) en sus sistema de agricultura, incluso bajo la fuerte presión del gobierno de Estados Unidos para que desistiera de tal actitud. El acusar a España por las muertes producidas a causa de la E.coli es probablemente una represalia por la resistencia a saltar al tren de los alimentos transgénicos.
Esa es la verdadera historia detrás de bambalinas sobre la devastación económica de los granjeros españoles, y probablemente solo un capítulo del siniestro plan que utiliza a una bacteria genéticamente modificada como caballo de batalla.